Abrir mi corazón


Volví al lado de Francisco, quién limpiaba alegremente y al unirme a la limpieza comenzó a tararear una canción.

- Gracias por ayudarme.

- No hay problema princesa. - me sonríe y agrega: - Aída, la próxima semana ¿Te parece ir a ver una película conmigo, el domingo?

- ¡Está bien! - No lo dude, desde hace tiempo quería salir, pero me he quedado estudiando. - Sin embargo... ¿Puedo invitar a unos amigos? - no quería que fuese una cita.

- Como deseé mi princesa.

"De verdad es un buen chico", decían mis pensamientos con frecuencia Francisco lograba mostrarse como alguien de buen corazón, razón suficiente para no querer darle falsas ilusiones.

A penas terminamos de limpiar, fui donde Susana para contarle de la salida del próximo domingo. Aceptó gustosa y se ofreció a invitar a Lorenzo, por lo que yo fui a avisarle a Gabriela. De inmediato aceptó, le encantan las películas. De vuelta a mi habitación me preguntaba, "¿Debería invitar a Demian?", Pero lo pensé mejor y decidí que lo mejor era que no. Es una salida de amigos, ¡está bien así!

La semana pasó sin novedades y el domingo en la mañana me levante temprano. Aún quedaba bastante tiempo antes de juntarme con mis amigos, en ese caso decidí matar el tiempo eligiendo algo que ponerme para hoy.

No fue difícil elegir. Me puse un chaleco de lana color blanco que tenía a mano con una parka verde, calzas negras porque son bastante comidas, finalmente unas botas cafés y un gorro para el frío.

Ya lista, salí de mi habitación y fui a buscar a Susana a su cuarto, pero no estaba allí, entonces fui donde Lorenzo, quizá él sabía algo del paradero de Susana y en efecto, no me equivoqué. Había tocado la puerta de la habitación de mi amigo y él rápidamente abrió la puerta, supe dónde estaba Susana al momento.

- ¿De qué me perdí? - pregunté, al notar que mis amigos estaban cogidos de la mano, pero nada felices.

- Intenta adivinar. Alguien intentó hacer una broma con un súper pegamento y le salió el tiro por la culata, ¿sabes quién es?

Susana fruncía el ceño a lo que Lorenzo seguía insistiendo en el error. - ¡Ya dije que lo sentía! ¡¿Por qué insistes en que me equivoque?!- gritó Susana.

- Bien, ¿por qué no mejor nos vamos a buscar a Francisco y Gabriela? - Sugerí.

- ¿Cómo quieres que salgamos así?

- Muy bien, y ¿qué quieren que haga?

No entiendo cómo me convencieron para acabar cogiendo la mano de Francisco.

- Es un poco de empatía. Apégate a las reglas y ¡no le sueltes la mano a Francisco! - amenazó Susana.

- ¿Cómo es que acabe yo aquí? Yo ni siquiera pensaba salir.

- Demian, deberías agradecerme. Tu hermana te saca a pasear, tomar un poco de aire fresco, de lo contrario desfilarían las chicas por tu habitación, ¡Qué ambiente más tóxico! - Alegaba Susana mientras Lorenzo repetía las acciones de Susana por su manera exagerada de expresarse, moviendo bastante los brazos.

Terminé por desviar mi atención de la escena general y me fijé en Demian y Gabriela, quien por órdenes de Susana se tomaban de las manos. Inconscientemente pensaba en la buena pareja que hacen juntos. La capa color burdeos de Gabriela hacían notar bastante su cabello rubio y resaltaban con intensidad sus ojos verdes, por otro lado, Demian lucia bien con una parka negra y bufanda verde que combinaban bien con sus ojos café. No quería pensar que parecían la pareja perfecta...

- Bueno vamos y acabemos con esto. - Declaró Demian.

- ¡Me parece bien! ¿A dónde dijiste que iríamos Aída?

- Al cine, Susana.

- ¿No tienen nada mejor que hacer? Son unos aburridos. Me voy con Gabriela.

La antes mencionada comenzó a ponerse roja como un tomate. Alguien no había olvidado del todo al Don Juan.

- Aída...- dijo Susana un tanto apenada. - La verdad es que hoy hay un evento especial de Navidad, es un nuevo video juego, ¿te molestaría si te dejo sola por un rato? Y luego nos juntamos todos.

- No te preocupes, después nos ponemos en contacto. - Francisco y Susana intercambiaron números así nos podríamos juntar luego.

Lorenzo y Susana se adelantaron a ir al evento, mientras que Demian y Gabriela, no muy lejos de nosotros hacían otros planes.

- Bueno creo que estamos solos, princesa. Podemos ir...

De la nada Francisco es empujado por Demian y antes de que pudiera caer con él, le solté la mano como un acto de reflejo. "Lo siento" susurré cuando Francisco cayó en la nieve.

- No cuentes mucho con eso idiota. Me dieron ganas de ver una película. - se burló Demian.

- Creí que te ibas. - le dije a Demian mientras ayudaba a Francisco a ponerse de pie.

- No tengo ganas de dejarte en paz.

La sonrisa de Demian no dejaba espacio a dudas. Había cierta promesa en aquella sonrisa que comenzaba a gustarme más de lo que debería.

- ¡¿Qué te pasa idiota?! No es manera de buscar atención. - Francisco comenzaba a perder la paciencia con Demian, mientras que a Demian sólo parecía divertirle. - Pide una disculpa.

- ¿Vamos chicas?

- Sí. - dijimos al unísono con Gabriela.

- Vamos, prometiste no soltar mi mano. Ven. - Le tendí la mano a Francisco, de cierta forma quería consolarlo. Tratar con Demian no es fácil. - ¿Estás llorando? - dije asombrada.

- No es mucho, es que es lo más lindo que has hecho por mí, princesa.

- No llores. - Trataba de no reírme, pero de todas formas me resultaba algo conmovedor. - No te acostumbres. No suele pasar.

Empezaba a abrir mi corazón.



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