El momento exacto

Viernes 2 de mayo

Ya con Demian nos habíamos acostumbrado a estar viéndonos a escondidas, hacer pública nuestra relación había pasado de ser una urgencia y estar juntos tenía más prioridad, pero pronto me bajaría de esa nube. Las mentiras no duran para siempre y nuestra mentira iba a ser descubierta de la peor forma.

- Ya es viernes, ¿Quieres hacer algo el fin de semana?

- Lo siento, quedé de estudiar con Gabriela. - Demian me abrazó y me susurró cerca del oído.

- Estudiemos juntos, ayer estudiaron juntas y hoy también. Quiero estar contigo mañana.

Todo en mi gritaba "¡Sí!", pero por otro lado tenía el presentimiento de que no era buena idea, mi parte racional. Hice caso y me negué.

- Hola. - sonreí a Susana.

Ella y Lorenzo eran los únicos que sabían de nuestra relación, por otro lado, la relación de ellos se hizo oficial de la noche a la mañana. Un día se pasearon juntos de la mano, la cara de Lorenzo era la de alguien completamente enamorado y la de Susana fue la más memorable, aunque estaba ruborizada hasta las orejas, nada hizo que agachara la cabeza. Fue firme, así es ella.

- ¿Julieta, eres tú? - hace poco me empezó a llamar así. - ¿Cuándo piensan decirlo?

Como la mayoría de las veces que pregunta, respondí lo usual: "Cuando sea el momento".

- Me sorprende Gabriela, aunque ha empezado a salir más con Francisco, dice seguir enamorada de Demian. - callamos un momento y Susana volvió a hablar: - Tendré una cena con los padres de Lorenzo, saben que soy su novia, pero aun así me pone nerviosa.

- Les caes bien, no tienes nada de qué preocuparte. - mis palabras hicieron que Susana sonriera y se sintiera mejor. Me agradeció. - Yo no sé cómo decirle a mi papá que tengo novio. Trabaja todo el día.

- ¿Qué hay de tu mamá? - Es cierto, nunca le he dicho a Susana sobre mi familia. - Lo siento, ¿es malo?

- No, no te preocupes. - sonreí para tranquilizarla. - No la conozco. Vivía con mi abuela básicamente, mi papá siempre trabaja.

- Ay...- dijo Susana llevándose una mano a la boca.

- Tranquila. - me reí. -Nuca me ha faltado nada. Mi abuela siempre estuvo para mí y mi padre, siempre se ha preocupado por mí.

Susana y yo seguimos hablando. Me habló de su familia antes de la llegada de Demian. Eran muy felices, hasta que murió su padre tratando de salvarla a ella. Susana estaba paseando con sus papás, Susana iba delante de sus padres a lo que su madre le ordenaba regresar al lado de ellos cuando un conductor comienza a perder la estabilidad de su auto provocando que zigzagueara hasta perder el control total e ir en dirección a Susana, su padre no vaciló ni un segundo y jaló hacía atrás a Susana justo antes de recibir el impacto, todo lo contrario, su padre quien había sido atropellado murió. Después de aquello su madre no volvió a ser la misma.

- Lo amaba y murió frente a sus ojos. Luego conoció al padre de Demian y lo quiere, pero jamás lo amará de la forma que amó a mi padre.

- ¿Qué hay de Demian?

- No sé mucho. Creo que su madre fue infiel, eso hizo que su padre fuese un amargado. Nuestros padres no nos aman más de lo que amaron a sus parejas, somos un recuerdo constante de lo que perdieron, por eso estamos aquí.

- El padre de Demian, ¿no los aman?

- No dije eso. - alegó Susana. - El padre de Demian lo quiere, lo cuida, pero es doloroso para él verlo. Demian se parece a su mamá, ¿Ahora lo entiendes?

Aunque Susana no mencionara a su madre, pude darme cuenta de que no podía decir lo mismo de ella y su madre, había llegado a la conclusión que el amor de su madre murió el mismo día que el padre de Susana las dejó.

22:35 horas

Me reuní en el comedor con Demian. Se había hecho algo usual sentarnos a comer juntos. Susana, Lorenzo, Francisco, Gabriela, Angelica y de vez en cuando Andrés se presentaban por su hermana a la hora de comer. En está ocasión sólo éramos Demian y yo.

- ¿Llegamos antes? - pregunté a Demian.

- No. Tomemos asiento.

Me senté junto a Demian con una bandeja, pronto comenzaron a llegar los demás. Francisco y Gabriela llegaron detrás de Susana y Lorenzo, Angélica llegó antes que ellos.

- Al fin, estoy hambrienta. - dijo Susana. - habríamos llegado antes si Gabriela no hubiera olvidado el dinero en su habitación.

- Está bien, no importa. Comamos. - Angélica como siempre se hacía de nuestra líder. - Demian, siéntate a mi lado.

Miré a Demian y le sonreí. Le hice espacio a Gabriela en el puesto de Demian. Gabriela, aunque no le agrada Susana y Susana no se fía de Gabriela, ambas hicieron una tregua para evitar discusiones engorrosas. Francisco era amigable con todos, excepto Andrés. Angélica solamente veía por Demian.

Terminamos de comer y cada uno se fue por su lado. Llegando a mi habitación, mi compañera me esperaba.

- ¿Qué te sucede? Parece que hubieras visto un fantasma, ¿Estás bien? - comencé a preocuparme cuando ella no respondía a mis preguntas.

- No...es esto. - me pasó su celular. - Sales con Demian.



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