No quiero ser la amiga de alguien como tú

Me costaron unos buenos minutos procesar la noticia. Era una foto nuestra con un mensaje: "Aída y Demian comenzaron a salir, hoy se les vio juntos en el comedor" Solté un suspiro.

- Hoy Demian y yo llegamos temprano al comedor, esperábamos a los demás.

Mi compañera demostró alivio, la noticia claramente la había descolocado.

- De todas formas, estoy impresionada, ¿Se llevan bien? - Abrí la boca para hablar, pero ella habló más rápido. - Créeme que hay más rumores de estos ahora que ya no se les ve discutir, incluso dicen que se llevan bien.

Sentí el impulso de decirle y lo hice:

- Somos novios, pero no puedes decirle nadie. Me vería obligada a confesar que esto es cierto...- le devolví su celular. - ...si fuera una prueba realmente buena.

- ¡¿Qué acaso no lo es?! - miró la foto en su celular. - La forma en que te sonríe y la forma en que lo miras, si no me lo hubieras dicho tendría mis sospechas.

Comencé a pensar si había otras personas que creyeran en eso, pero alejé mi mente de esas ideas.

3 de mayo, sábado

Era temprano en la mañana y muchos se estaban yendo, el día de ayer también se habían ido muchos, incluso Gabriela se fue, sin embargo, dijo que volvería por la tarde para estudiar.

- Iré a estudiar a biblioteca, ¿Vienes?

Ese sábado era como unos pocos donde las personas que estaban dentro del internado eran cerca de un 10% de todas las personas que están durante la semana.

- Bueno, Gabriela vendrá en la tarde.

Íbamos llegando a biblioteca cuando un grupo de personas pasa con unos andamios y una escalera.

- Serán un par de horas, en la tarde podrán entrar. - nos informó una señora.

- Muchas gracias. Nos vemos.

Comenzamos a caminar sin rumbo, hasta que pregunté a Demian dónde estudiaríamos.

- ¿Puede ser tu habitación o la mía? - pensó un poco. - También podemos estudiar al aire libre si quieres. - dijo con una sonrisa.

- Vamos a mi cuarto.

Entré saludando. La costumbre de que mi compañera esté en nuestra habitación, sin embargo, olvidé que se había ido está mañana.

- ¿A quién saludas?

- Pensé que mi compañera estaría aquí. - expliqué que se había ido en la mañana y era la costumbre entrar saludando.

No nos hicimos explicar mucho más y procedimos a estudiar, de vez en cuando descansamos un poco, conversábamos y reíamos. Así fue como pasaron las horas.

- ¿Vamos a comer? - pregunté a Demian cuando vi me reloj. - Es hora de almuerzo.

Me levanté y me dirigí a la puerta, en eso Demian me detiene. Sentí su respiración muy cerca de mí, tanto que me comencé a poner nerviosa.

- Te amo.

Es primera vez que lo dice. Fue así el asombro que me giré para verlo, sonreía al igual que yo. Tomé su cara entre mis manos y me acerqué para darle un beso.

- Yo también te amo.

Ambos nos separamos un poco para vernos. Me sentía feliz, parecía que todo era perfecto al mirarlo y oírlo decir que me amaba, se me hacía imposible aguantar las ganas de abrazarlo y besarlo. No tenía razones para aguantar esas ganas, entonces me lancé a sus brazos y me dejé querer por sus besos y cariños, a cada beso sentía que quería estar más cerca de él, se hacía incomodo estar de pie. Avanzamos entre besos y nos dejamos caer en mi cama.

- No sé...- logré decir. Estaba deseosa de más, pero algo en mí decía que algo iría mal.

Demian se detuvo y me miró. - No tenemos que hacer nada que tú no quieras. - me besó la mejilla y se puso de pie. - Vamos a comer.

Me tendió la mano y yo acepté. - Gracias.

Me sentí mucho más vergonzosa que antes. Aunque no parecía estar molesto, yo sí estaba molesta conmigo misma. Al ponerme de pie, parecía ser que todo era irreal, que lo que acababa de suceder con Demian sólo ocurrió en mi cabeza.

Salimos de mi habitación y antes de cerrar la puerta Demian me besó. Me hizo sentir más tranquila el que él estuviera igual de buen humor que antes.

- ¿Quieres tomar mi mano? - dije sonriéndole.

- Sí. - tomó mi mano con felicidad, pero pronto su expresión alegre desapareció cuando miro por encima de mí.

Seguí la mirada de Demian con curiosidad y pronto me di cuenta de porqué su expresión cambió. Se trataba de Gabriela, estaba de pie tras de mí con la mirada perdida y sin voz. Demian pasó su mirada desde Gabriela hasta mí, luego se llevó una mano a la frente.

Ni ella, ni yo podíamos reaccionar. Demian me giró hacía él.

- Habla con ella.

Volví mi mirada a Gabriel, caminaba rápido hacía mí con una mano alzada y con lágrimas corriéndole por las mejillas. Reaccioné y la detuve de golpearme, lo mismo cuando intentó golpearme con la otra mano.

- Demian, vete. - sentencié. - Si no te vas ahora, las cosas se pondrán peor. - suavicé mi tono de voz y busqué las palabras indicadas. - Tienes que hablar con Angélica.

Demian me miró, aunque no quería irse se mantuvo firme a mi decisión y se fue, mientras tanto Gabriela intentaba huir de mí.

- No quiero escuchar nada que venga de ti. Me traicionaste. No es por Demian, es por ti. - sus palabras me sorprendieron. - Sé que Demian nunca me amará de esa forma, pero creí que tú volverías a ser mi amiga.

- Te lo iba a contar.

- Ya me enteré. - Gabriela dejó de forcejear y la solté. - No quiero ser la amiga de alguien como tú.



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