Callejón

Gabriela no alcanzó a ir muy lejos y en el mismo pasillo que estábamos todos ahí la detuve.

- ¡Déjame, no me toques! - Gabriela se movía tratando de zafarse de mí, pero no la iba a dejar ir, me sentía extrañamente mucho más fuerte que ella, pese a que la realidad no era así como la sentía.

- ¡Tienes que escucharme! - le grité como nunca lo había hecho. - ¡o te callas o te daré una paliza para que te calles!

Se calló de inmediato. Lo único que podíamos escuchar era nuestra propia respiración.

- Mejor me voy.

- ¡Te quedas! - no le grité como a Gabriela, pero fue lo suficientemente fuerte como para hacer que el pobre se asustara a mis espaldas. Después de esto me quedaré sin novio, quizás debería empezar a asumirlo. - Te soltaré, pero te vamos a entrar a mi habitación a discutir esto.

Ella asintió.

- Cuando éramos mejores amigas, jamás miré a Demian de forma romántica, es cierto todo lo que pensaba de él, nunca se había tomado un compromiso en serio, pero tampoco era mala persona, lo juzgué muy pronto. - miré a Demian y el parecía sorprendido. - Lo odié por besarme...pero luego tuvimos tiempo de resolver esas asperezas cuando renunciaste a hacer mi amiga.

- Pero luego quise ser tu amiga otra vez.

- Me enteré por Sandra y Ema que sólo vigilabas que no sucediese nada entre nosotros, yo les creí, pero no quise alejarte de mí lado por esa razón, al fin y al cabo, no puedo olvidar la gran amiga que habías sido para mí.

Gabriela sólo me escuchaba al igual que Demian, es primera vez que cuento toda la historia desde mi perspectiva. Acepté que había cometido un error al negarle mis sentimientos por Demian y no confesar nuestra relación.

Para el final de toda la historia, Gabriela me mira y se disculpa por el pasado, la imito pidiendo disculpas por haberle mentido, ella acepta mis disculpas y se va, ni si quiera reacciona para nada más que estrechar mi mano en señal de paz, sólo menciona al final:

- Fuiste mi mejor amiga, quiero recordarte así.

Ese fue el fin para nuestra relación.

Demian y yo nos quedamos en mi cuarto, acostados en la cama y mirando el techo sin saber que pensaba el otro, yo estaba recordando lo que me dijo Demian por el primer beso que me dio, "ya te quería" eso fue lo que dijo cuando le pregunté por esa vez. Lo disculpé, pero nunca lo recordaré como algo del todo positivo. Cuando Demian me descubre pensando en eso siempre me dice que hará todo lo posible para hacer que se me olvide o al menos no me de tristeza pensar en eso.

- Te descubrí. - me sorprendí cuando habló y lo miré. - Sé en qué estás pensando.

- ¿Cómo puedes saberlo? - me burlé.

- He estado viéndote y conociendo cada uno de tus gestos. El que acabas de hacer es el menos recurrente, pero es inolvidable.

No lo entiendo, él me ve, conoce mis pensamientos con solo mirarme. Cuando veo a Demian, nunca sé que puede estar pasando por su cabeza, parece tener su propio mundo...

- Quiero ser parte de tu mundo.

- Eres mis pensamientos, eres mi corazón, eres lo único en lo que puedo pensar y quiero pensar, ya eres mi mundo.

Lo besé sin pensarlo, aunque me hacía feliz todo lo que estaba diciendo Demian, seguía pensando que no era suficiente. Las palabras eran tan pocas y no llegaban a ser perfectas, los besos reclamaban siempre más que sus labios, querían besar su alma, los abrazos me hacían desear algo mucho más cercano e íntimo, algo más y en combinación de todo lo anterior era lo que necesitaba...

- Te necesito. - abrí mis ojos y me encontré con los suyos. Él sonreía.

- No me necesitas, yo te necesito a ti, porque te amo.

- Yo también te amo.

Sentí como cada uno de mis temores se iba derrumbando, no existía algo fuera de mi habitación, no existía el tiempo, ni siquiera podía identificar si existíamos.

- ¿Hay alguien?, voy a entrar.

De pronto mi corazón se detuvo junto con el de Demian. Había un inspector en la puerta, dispuesto a abrir la puerta de mi habitación, ambos nos pusimos de pie e intercambiábamos miradas, buscando una solución que tardó más en llegar.

- ¡¿Qué haces en el dormitorio de una chica?!

Bajo las circunstancias que nos cubrían a Demian a mí, esto era un hecho bastante grave, ambos podíamos ser mandados al aislamiento.

No deberías estar aquí, vendrás conmigo. - Le dijo a Demian. - Estarán castigados, el lunes hablaremos con el director. Tú te quedarás aquí, mientras tú...- miró a Demian totalmente ofuscado. - Te mantendremos aislado, hasta ver que resolverá el director, no los quiero ver juntos otra vez.

- No. - murmuré. Mi corazón se estaba partiendo a pedazos cuando vi al inspector tomar a Demian del brazo fuera de mi cuarto, donde un montón de alumnos se habían juntado tan pronto el inspector usó las llaves para abrir mi cuarto.

Salí de mi cuarto y vi como el inspector se llevaba a Demian, el me miró y vi la pena en sus ojos. El aislamiento es lo peor, cuando cometes una falta grave, te aíslan. Es mejor ser expulsados. La casa de aislamiento queda en el bosque, por eso nadie sabe dónde está salvo quienes requieren usarla.

El aislamiento suele durar unos dos meses.



© 2019 El Blog de Rocío López. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar