El mundo está cambiando


Me desperté sumamente motivada después de lo de ayer.

Vi la hora, "las siete de la mañana" me dije para mí.

Miré por la ventana, era un día nublado, la nieve aún caía levemente cubriéndolo todo y dejando al colegio como un palacio de blanco.

Corrí a la ducha y me puse el nuevo uniforme, con la bufanda de accesorio, "Una gorra" pensé, así que busqué en mis cajones y encontré una boina color negro, combinaba. Ya lista, me miré en el espejo y no es por ser egocéntrica, pero me gustaba lo que veía.

Salí de la habitación y vi que no era la única que usaba el uniforme, unos dos o tres alumnos que paseaban por pasillo también los usaban, salvo un grupo de tres que no usaban los uniformes. Gabriela, Ema y Sandra, pasaban por ahí con el uniforme de verano.

- Yo les dije, miren como nos miran, ¿para qué abrigarnos? es bueno mostrar un poco de nuestra belleza femenina, estamos de moda, ¡créanme! - Comentaba Sandra a Gabriela y Ema, mientras ellas temblaban de frío, pero siguiendo las ordenes de la reina malvada.

No tengo idea de qué se les pasó por la cabeza, ¿¡usar faldas, camisas manga corta y solo con un chaleco para abrigarse!? No las hace ver menos linda usar más ropa. Rodé los ojos y volví a lo mío, ir a estudiar.

Llegué al aula y al rato después llegaron los demás, la profesora venía detrás con unos papeles desordenados.

- Bien alumnos, siéntense. Vamos a organizar lo que harán para la feria científica, ustedes elegirán que área quieren desarrollar, pero...-la profesora nos miró con una sonrisa- ¡yo elegiré las parejas!

Se escucharon varios "¿Qué?" de parte de mis compañeros, por otro lado, a mí no me importaba mucho, yo estaba bien con cualquiera... bueno quizá no con cualquiera. Sandra, Ema o Gabriela, sería mejor tenerlas lejos.

- Lo haremos al azar. - a la profesora parecía divertirse con el tema aleatorio. - El primero es Aarón. -Aarón se paró y fue al frente. - Su compañera es Camila. - Camila se paró y se puso junto a Aarón. - Muy bien, tomen su pauta y pueden salir a elegir qué área que quieran. - La profesora revisó sus papeles y le paso una hoja a Camila. - Cuélgala en los anuncios, allí pueden anotarse.

A penas salieron la profesora continuó:

- Gabriela, tu compañera será Angélica. - La hija del director y también es hermana de Andrés. - Salgan. - Gabriela y Angélica se fueron sin decir nada.

- Damián y Aída. - ¿¡Qué!? Me paré junto a Demian y ambos nos fuimos en silencio.

Pude escuchar a la profesora como nombraba a los siguientes. Cuando salimos me percate de la mirada de Demian sobre mí.

- ¡Te veo todos los días! ¿Y ahora te veré todavía más? - la manera en que lo dijo fue más cómica que otra cosa, creo que fue por eso por lo que ambos empezamos a reír.

Estar así con él era divertido, no puedo negar que su sonrisa parecía sincera, aparte la mirada un poco sonrojada que creí ver en él porque mis ojos se encontraban con los suyos. De vez en vez, mis ojos caían sobre Gabriela y su compañera, eran miradas hostiles y luego de indiferencia por parte de mi ex mejor amiga. La risa se calmó y el sentimiento espontaneo de felicidad fue arrebatado por el recuerdo de nuestra amistad. Las ganas de llorar no me abandonaban...

Demian me cogió del brazo. - ¿A dónde vamos? - Él no respondió, pero me dio una sonrisa tranquilizadora. Sería mejor esperar hasta que lleguemos.

A pesar de que Demian había transmitido tranquilidad para mí, a medida que avanzábamos él comenzaba a tensarse y apretaba mi brazo con más fuerza.

Me quejé y él se detuvo soltando mi brazo en el acto.

- Lo siento...- ¡Vaya! Era primera vez que lo veía así, pidiéndome disculpa y ¿sonrojado? No quizá sea mi ilusión que estuviera así de avergonzado.

- No importa. - Me sentí tímida, pero aun así tenía gracia la situación. Tomé la iniciativa y le cogí la mano porque él parecía más tímido que yo en ese momento. -Es mejor así, ahora dime a donde vamos. -dije mostrándole una sonrisa.

"Su mano era cálida, suave, como la de una mujer, pero un poco más grande. Ni siquiera cuando le tomaba la mano a Andrés o Lorenzo, fue así." Me dije a mí misma.

- Pensaba que sería mejor ir a mi habitación, tengo muchos libros que nos pueden orientar. - Expresó con entusiasmo.

Puede que Demian sea un casanova que aparenta indiferencia en la mayoría de los casos, pero se nota que esto le preocupa. "Me gusta que él sea mi compañero", sin querer pensarlo lo que me hizo bajar la cabeza por el rubor que encendía mi cara.

Llegamos a su cuarto, un desastre de libros, dispersos por toda la habitación. Me recordó a mi habitación después de estudiar.

- Demian, ¿qué te parece un fluido no newtoniano?

Me paseé por su habitación, recogiendo los libros en el suelo.

- No, es muy fácil, ¿qué te parece humo con hielo seco o cristales de azúcar?

- ¿Eh? Cristales de azúcar... ¿Hablas en serio? - Me reí al escucharme decirlo.

- Sí, con azúcar, agua, algodón, etc. Si lo hacemos te lo explicaré. - Demian tomó algunos libros y los miró con detenimiento.

- ¿Burbujas de fuego? - leí en voz alta lo que decía en una hoja de papel que estaba debajo de la cama.

- ¡Es buena idea! - Sigo pensando que sería mejor la maicena con agua. - Hagamos eso, vayamos a poner el área y lo que haremos, si es que nadie lo ha hecho ya, de otra forma, hacemos lo que tú quieras.

- ¡De acuerdo!

Salimos de la habitación, sin tomarnos de las manos. Tengo que aceptar que el calor de su mano, por poco tiempo que fuese, era algo que extrañé cuando nos separamos.

¿Sera qué el mundo está cambiando o quizá sea sólo yo?



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