La mujer desconocida

Durante la tarde los chicos habían salido de la última clase y se encontraban despidiéndose para ir cada uno a sus casas. En la entrada Nina, Pietro y Francesca se encontraron con Bruno, la conversación tomaba un ritmo casual, fácil de seguir para la distraída mente de Francesca, quien pensaba en la foto que tenía Ágata, le producía cierta felicidad ver a su profesor joven y sonriente, pero la hacía sentir inquieta la chica de la foto, "No parecían ser amigos", es lo que se dijo tras pensarlo repetidamente.

- ¿Estás de acuerdo?

La pelinegra se sorprendió, no esperaba una pregunta directa, por suerte había retenido algo de la conversación y no estaba completamente despistada.

- No, funcionará...estaba escuchándolos, no me quieras tomar el pelo Pietro.

- Lo admito, te probaba y resulta eres inteligente. - se burló el rubio antes de la pregunta original que quería hacer. - Pero...lo cierto es que sí te quería preguntar algo, ¿Te gustaría ir a quedarte en mi casa hoy?

- ¿Sí? - dudó por un instante, sin embargo, dijo que sí.

- ¿Por qué no vamos caminando juntos a la parada? - Nina asintió firme a la propuesta de Bruno.

La chica tenía la esperanza de pasar más tiempo junto al rubio, comenzaba a sentirse muy a gusto con él y aunque seguía intentando salir de su zona de confort, era de naturaleza tímida. Por otro lado, Bruno aspiraba estar con Francesca, le gustaba mirarla, sus pestañas negras y largas, sus ojos destacaban considerablemente por su te blanca y cabello negro, y aunque ambos tuvieran las mismas características físicas, ella tenía algo hermoso y sencillo a la vez.

- ¿Qué sucede? - los ojos del pelinegro se encontraron con los de Cesca.

Pronto notó que no era la única que lo miraba, Nina parecía decir "Raro" sólo con la mirada y Pietro casi quemaba con la vista, antes de que las mejillas se le pintaran de un rojo vivo, intentó disuadir las miradas curiosas.

- Cierto... es que tenías una pelusa en el pelo. - fingió sacar una pelusa del pelo de la adolescente y se llevó una sorpresa cuando en vez de retirar su mano del cabello de la pelinegra, parecía que lo estuviera acariciando.

- ¿Ya lo sacaste?

Ella estaba sonrojada y a la espera de que Bruno retirara su mano, pero quieta y extrañamente obediente. Se sintió torpe, pero sólo sonrió y dijo que ya estaba.

- Sí, sí, cuida donde pones las manos. - amenazó el mejor amigo, que se había contenido sin entender muy bien cómo.

Molestó por las amenazas de Pietro, el pelinegro con intenciones evidentes confesó en voz alta lo sedoso y lindo que era el cabello de la mejor amiga de este. Francesca no se atrevió a mirar a ninguno de los chicos, pues el silencio se hacía más difícil de romper.

- Te saldrá mal molestarlo, es un poco temperamental. - A sus espaldas la voz del adulto, la mirada de Cesca se posó en él.

Fernando había palmeo la cabeza de Pietro, dejando a este como un niño, sacando al grupo de la tensión de hace unos segundos y posterior a ello, despidiéndose de los chicos para ir a la parada.

- Hasta mañana. - dijeron al unísono.

La figura del adulto alejarse, hizo ver el panorama completo a la pelinegra, su profesor se mostraba cabizbajo y con hombros cansados, no mostraba mucho interés a su alrededor, lo que la hizo sentir más intriga por él, "¿Fue por lo de hoy en el pasillo?", se imagino a Fernando y Ágata discutiendo por la imagen y que la razón por la que había iniciado la pelea fuese por la chica de la foto, no una amiga, no cualquier persona, ni siquiera una simple ex, ella era algo especial para él.

Se trataba de un nuevo día. Los chicos llegaban pronto a sus salones y en eso algunos maestros atrasados también, como era costumbre Francesca y Pietro se reunieron con sus amigos, a pesar de que este último no simpatizaba del todo con Bruno, su circulo de amigos lo habían integrado y lo consideraban un amigo más.

- Nina, que bien, me gusta tu peinado de hoy.

- Gracias, quería cambiar un poco y probar peinados diferentes.

Las chicas siguieron conversando mientras que entraban al salón para la primera clase que correspondía a griego. Complicado para la mayoría de los estudiantes, pese a la insistencia de su profesora en decir lo contrario.

- Pase profesor. - dijo la maestra haciendo señas para que Fernando entrara al aula. - Buenos días a todos, profesor...

- Permiso, buenos días. - los alumnos parecían sentir las buenas noticias, por lo que estaban comenzando a exaltarse.

En todo medio de todo el murmullo de los alumnos y los profesores intentando callar estos, una nota de papel llegó a la mesa de Francesca, quien la tomó sin abrirla todavía y miró dentro de la clase a algún compañero que se la hubiera enviado, en eso miró a Nina que notó de inmediato la nota y los signos de interrogación se escribieron en su cara. Pasó su mirada de Nina a Pietro, pero este otro no estaba prestando atención a su alrededor, luego miró a Bruno que tan pronto lo pilló mirándola se sonrojó, ambos chicos desviaron la mirada, "Así que fue Bruno".

<< Vayamos juntos a los bolos, como una cita, si no quieres no tienes que responder>>, decía la nota.

- Bien, presten atención. - la voz de la profesora hizo callar a todos, pues amenazaba con lo peor de no hacerse silencio. - Haremos un viaje de estudio, es una nueva iniciativa que la escuela está implementando.

El murmullo volvió con más fuerza, nunca se había logrado realizar algo así y prometía ser algo para no olvidar. Los estudiantes volvieron a callar, pero esta vez por Fernando que tenía prisa por dar la información en otros cursos también.

- El lugar del viaje de estudio se decidirá por la tarde así les pido que se queden después de clase para dar propuestas y decidir, las actividades las va a coordinar un grupo de profesores ya designado, en la tarde les hablaré de los detalles, tengan un buen día.

El maestro se agradeció a su colega y se marchó, dando inició a las clases de griego con más entusiasmo de todo el semestre y también la más bulliciosa. No se dejaba de hablar de un viaje de estudio y de las actividades que se realizarían.