Sensación de capacidad


Fue así como me arriesgué.

Me hice libre de amarlo y darle mi corazón, le di todo el poder que tenía sobre mí a él, se lo di a Demian. Fue con el beso que aceptó mi amor.

- Demian, te amo.

Nos separamos lentamente. Tenía miedo de que fuera algo así como un sueño o que fuese demasiado frágil como para romperse de inmediato con un movimiento muy apresurado.

Demian, me miraba a los ojos y de vez en cuando tocaba mi pelo.

- Quiero estar contigo, siempre.

En ningún momento me dijo que me amaba y tampoco confesó quererme, sin embargo, sentí que lo hacía. Me hizo feliz pensar que me amaba y que nada de lo que pasó, era un sueño.

- ¡Oh! Al fin estás de vuelta.

Era mi compañera de cuarto.

- Hola, ¿Cómo estás?

- Bien, por otro lado, ¿Dónde estuviste tú? Gabriela me vino a ver, estaba desesperada. Habló que si estabas con Demian y se puso como loca cuando bromeé con ella.

- ¿Por qué?

- Le dije que andaban de novios. - ¡¡¿Qué?!! - Ay, no me mires así. Sé que se odian y lo suyo es imposible, no me mates por una mentira.

¡Ay, Dios mío! Si Gabriela se entera, me matará. Andará tras mi cabeza, no sólo ella, todas las chicas que gustan de Demian también, ¿Y los chicos a los que gusto? Únicamente Francisco vino a mi mente. No puedo romperle el corazón así. Tiene que ser secreto, de lo contrario no podré soportarlo.

- ¿A dónde vas? Recién llegaste.

- Tengo algo que hacer. - salí rápido de la habitación y en el pasillo me topé con Gabriela. Que oportuno.

Me miró extrañada, pero luego se acercó a preguntarme la razón de haber salido tan deprisa de mi habitación.

- Qué aburrida, acompáñame. - me tomó del brazo.

- ¿A dónde vamos?

- Iremos a hablar con Demian, necesito que me escuche. Si salgo rechazada, no lo buscaré nunca más, es libre de hacer lo que quiera.

Es una buena oportunidad. - Vamos.

Frente a la puerta de Demian, Gabriela no se atrevía a tocar. Muchas veces por la ansiedad, casi toqué a la puerta, sin embargo, todas las veces Gabriela me detuvo.

- Tenemos que...

*Se abre la puerta*

Demian sonríe al verme. Abrió la boca para hablar, pero Gabriela lo interrumpió. - Hablemos, en privado. - Gabriela se me quedó viendo.

- ¿Sin mí?

- Obvio, necesito hablar a solas con Demian. No quieres escuchar todo lo que le quiero decir.

Temía a Demian le dijera a Gabriela. Demian me miró confundido, se notaba que la más nerviosa aquí, era yo. Tenía que decir algo para que Demian supiera que no tenía que hablar de nuestra relación.

- Cierto, antes. Quiero hablar con Demian. - ambos me miraron.

- ¿Ahora? Llegué antes, espera tu turno, ¿Acaso te le quieres confesar?

- No, entre Demian y yo no hay nada.

Lejos de poder decirle lo que pensaba, dije lo totalmente opuesto. Demian me miraba confundido y triste. Finalmente le dijo a Gabriela que hablasen en otro lugar. Se apartaron y yo esperé fuera del cuarto de Demian, por si volvía y Gabriela quisiera salir a buscarme para golpearme, al menos no buscaría en donde me dejó, empezaría por la biblioteca o mi cuarto.

- Tardan bastante.

- ¿Qué haces? - Demian, volvió solo. Me puse de pie y me acerqué a él, sin embargo, Demian se apartó. - Tu amiga se confesó.

- Lo sé.

- ¿Lo sabías? - Demian parecía molesto. - Dejaste que tu amiga se viniera a confesar a tu novio, más encima negaste nuestra relación y realmente, no sé qué pensar de ti. - Al no obtener respuesta de mi parte, Demian siguió hablando. - Cuando llegó contigo, pensé que ya le habías dicho y que pasaría cualquier cosa, menos lo que pasó. Me pareció totalmente ilógico que llegasen las dos juntas para que Gabriela me dijera que me quiere.

- ¿Qué le dijiste?

- ¿Te importa tanto lo que haya dicho? - cada vez estaba más molesto. - Para tu seguridad, reafirme lo que habías dicho cuando me preguntó si había algo entre nosotros, por lo demás, la rechacé, ¿Te molestó tanto que no te dijera que te quería? Lo digo porque debe ser una venganza para mí, decir que no somos nada frente a tu amiga.

- No, no me molesté. Entiendo.

- No te lo he dicho porque no me siento preparado, pero créeme que te tengo cariño y cuando esté listo, lo diré. Si es que hay un nosotros.

- Lo siento, no debí a haberte negado.

Demian me miraba furtivamente, pero se fue relajando de a poco, hasta que su mirada se hizo firme, pero aun así con amor.

- Cuéntale. En algún momento todos van a saber, es mejor que sepa ahora, por ti. Puedo llegar a entender las razones que te llevaron a decir eso, pero me vale más tu honestidad. Es algo de ti que me gusta.

- Le diré, te lo prometo.

Me atreví a abrazar a Demian y él me correspondió. Es tan agradable que te abracen completamente y que te transmitan todo el cariño y apoyo de esa forma. Fuimos juntos al comedor para el almuerzo. Hablamos bastante, la conversación no era monótona, era divertida y tenía sus tonos profundos.

- ¿Estás lista para decirle?

- Sí. No quiero negar lo que siento por ti. - me siento bastante capaz para superar todo lo que conlleva ser la novia de Demian. - Te quiero.



© 2019 El Blog de Rocío López. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar