¿Qué son estos sentimientos?

En la entrada de la casa de Francesca, ella le daba las indicaciones a Bruno para poder llegar a su casa. No paraba de agradecerle por haberla acompañado, pero el chico no paraba de replicar que no era necesario y en el fondo sabía que sus intenciones eran otras. Quería conocerla y poder pasar tiempo con ella.

- ¡¿Pero, hija que haces en la entrada!?

Luisa se sorprendió tanto como los chicos cuando la vieron abrir la puerta de repente, sin embargo, no pudo afectarle mucho tiempo y de inmediato comenzó a regañar a su hija por no haber invitado a pasar a su amigo.

- Eres bienvenido.

El pelinegro tomó la invitación y agradeció por ello, entro en casa de ella y se admiró por lo bella que era la casa comentándolo en voz alta y sin haberlo pensando mucho, la mujer rio y agradeció mientras iba a la cocina por algo de beber.

- ¿Qué te gusta beber?

- Con agua estoy bien, gracias.

La mujer volvió casi enseguida con el agua para el chico y en el momento en que se lo pasó, su mirada cambió. Parecía ser que el rostro de la madre de Cesca se ensombreció, pocas veces vio a su madre así, algo no estaba bien, pero no se atrevía a preguntar con Bruno sentado frente a ellas.

- Los dejo conversar.


La pelinegra estaba extrañada por la actitud de su madre y pensaba preguntarle que fue lo de recién tan pronto no tuviera inconvenientes para hacerlo. Aunque la conversación fluía de bien entre los adolescentes, la curiosidad no le daba descanso a la chica.

Giacomo que hasta hace poco estaba en su habitación, fue a la cocina por provisiones, en eso se encontró con su madre un tanto angustiada.

- ¿Estás bien? - No respondió, tampoco parecía haber escuchado. - ¿Mamma?

- Estoy bien. Es sólo que...- se quedó a media frase cuando notó la preocupación en los ojos de su hijo. No podría mentirle, pero tampoco quería ahondar en esa historia. - Es sólo que ese chico en la sala se parece bastante a un novio que tuve. Parece la imagen viva de ...

- ¿De quién?

La interrupción de Giacomo la hizo replantear sus palabras. "No es nada, vuelve a lo tuyo, ¡No te vuelvas un entrometido!", regañó a su hijo con tal naturalidad que al mismo le hizo pensar que ya todo iba bien y que no había nada de lo que preocuparse, como si nada hubiera pasado, aun así, sentía que estaba siendo forzada, pero entendía cuando ya no tenía que insistir, por lo que se marchó.


- Creo que ya debería volver a casa.

- ¡Espera! ¿Estarás bien? Es un poco lejos, puedo hablar con mi hermano para que te acerque. - El chico se ruborizó, tanto por la amabilidad de Francesca, así como la impresión que le daba a ella de ser alguien que necesitaba seguridad probablemente. "No es necesario, gracias", tuvo que rechazar la oferta, de otro modo se habría sentido un inútil por no poder volver solo a casa. - No sienta mal un poco de ayuda, ¿Sabes?

Como si le hubiera leído los pensamientos, nuevamente se sentía tan rojo como un pomodoro, pero era un caso perdido, no pudo decirle que no a esos ojos celestes y a esa sonrisa inocente.

- Te lo agradecería mucho.

- Es cierto, yo también quería agradecerte por ayudarme.

Entre los dos hubo un momento de complicidad que acabó tan pronto el hermano de Francesca se hizo notar, había presenciado ese acto de confidencia que le hacían sonar las alarmas como hermano mayor protector que era. No quería dejar a su hermanita en manos de cualquiera, mucho menos un extranjero que apenas conocía.

- Voy a salir, ¿Te acerco a tu casa?

Los adolescentes se miraron y se sonrieron con esa complicidad que comenzaba a irritar Giacomo. Llevarlo a su casa no lo hacía por él, lo hacía por ella. Tenía que conocer que clase de persona intentaba acercarse a su hermana y un interrogatorio camino a la casa de él, era la ocasión perfecta para que no se escapara de las preguntas.

- Sin preguntas maliciosas. - dijo Francesca seria. - No quiero que lo ahuyentes.

"Pillado", pero eso no evitaría las preguntas. La severidad de su hermana termino por convencerlo de no hacer preguntas tan íntimas, a no ser que surgiera por naturalidad.

- Está bien. Vámonos.

Bruno se despidió de madre e hija, cruzando el portal de la puerta junto el hermano de esta última. La sensación agradable que le proporcionó la visita le dejaba mucho en que pensar y en como la chica comenzaba a gustarle cada vez más.

- Mamma mia. - susurró para sí el rubio. - Mira, esa mujer de allá.

Giacomo acercó a Bruno a sí con un brazo encima de sus hombros y le apuntó con disimulo a la chica que miraba. Cabello rojo, decidida, se notaba en su caminar, mirada intensa y cautivadora.

- Ella...- no dejó terminar la frase y el chico interrumpió.

- Sí, sí, no la mires mucho. Es hermosa, lo sé. - se mostró un poco celoso al ver el entusiasmo del amigo de su hermana, sin embargo, se le olvidó pronto cuando sintió movimiento al otro lado de la calle.

- Ella es la enfermera de la escuela. - Giacomo lo miró dudando de sus intenciones con ella, pero lo ignoró porque su atención ya había sido captada por su paso decidido. - ¿Qué hace aquí?

En ese momento se abre la puerta de la casa de Fernando, los chicos que seguían murmurando para sí, fueron sorprendidos por Francesca "¿Siguen aquí?" les dijo con una sonrisa pícara.

- Ya nos íbamos. -respondió su hermano.

Los chicos dieron la espalda a la casa y aunque hasta hace un momento estaba sonriendo, ver a Ágata siendo recibida por Fernando, la hizo sentir incomoda y a la vez disgustada. "Sólo es un beso, nada del otro mundo", se repetía en la cabeza.

- ¿Vas entrar o no?

Se trataba de Luisa que hace unos pocos minutos que los chicos se habían ido y su hija seguía de pie en el portal de la puerta, se le hacía raro que se quedase allí mirando al frente. La pelinegra aún perdida en sus pensamientos entró en casa y subió a su cuarto, pensaba en ese beso y lo especial que debía de ser eso que ellos tienen. No pudo evitar tener ese sentimiento amargo de tener esa clase de relación y la dulce sensación de probar lo que sentía ser Ágata al ser besada por él.



© 2019 El Blog de Rocío López. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar